Es muy fácil hacer poesía de REFUGIO DEL
RIO GRANDE olvidándonos que para muchos, la belleza salvaje de la naturaleza
no es antídoto suficiente para los frecuentes encuentros con la gran variedad
de animalitos que se arrastran o gatean y para el clima que parece ser diseñado
para que aún el más saludable sistema ecológico alterne asfixiantes
nubes de polvo con ocacionales bandadas de mosquitos. Los efectos combinados de la
sequía que duró siete años y el crecimiento inmoderado que resulta
del llamado "Tratado de Libre Comercio", han dejado a esta área con un severa,
crónica falta de agua. Cuando la tormenta tropical Frances pasó por
aquí, empapó al Valle pero no llenó la fuente de agua que alimenta
los reservorios; dejó al pasar lodos interminables y una gran explosión
de insectos que aún estamos tolerando. Quizás sólo en el Valle
del Río Bravo uno peude tener sequía y aniegos...sumultáneamente!
Tales contradicciones también caracterizan a REFUGIO: es un campo de refugiados,
que frecuentemente no tiene refugiados; es un acto permanente de resistencia pacífica,
deliberadamente ignorado por los mismos poderes que resistimos. Su importancia
principalmente radica en su mera existencia. Cuando Centroamericanos huían por
multitudes de los bombardeos y asesinatos extra-judiciales pagados por el gobierno de los
Estados Unidos, REFUGIO solía ser hogar para más de 220 personas a la vez.
Ahora que los Centroamericanos son interceptados por las autoridades Mexicanas, bajo
contrato con USA, muchos menos llegan hasta el Rio Bravo. Y la mayoría de los
que consiguen llegar son detectados por los juguetes de alta tecnología de la
siempre floreciente Patrulla Fronteriza, antes de que puedan encontrar la relativa
seguridad de REFUGIO. Sin embargo, como la crísis político-económica
se agudiza en México, es fácil imaginar influjos mucho mayores en un futuro
no muy lajano. "También sirven quienes se ponen de pié, y esperan!"
Alguien ha dicho que REFUGIO es un "lugar seguro de vida salvaje," que también
asiste a refugiados políticos. Aún cuando ése no fué su
propósito original, en este momento es quizás la caracterización
más adecuada que ninguna otra. Las viviendas son rudimentarias, y éso
es decir mucho. No hay aire acondicionado, y el agua caliente es limitada. El trabajo
es fuerte y demanda auto-motivación. Así que, a menos que el alma se
nutra suficientemente con la visión de una garza azul pescando en la poza o un encuentro imprevisto con una lechuza o con un lince en el platanar; con ocacionales picaduras de escorpión y con rumor nocturno
de ratas en el techo, uno quizás deba pensar por lo menos dos veces antes de
venir a REFUGIO por más de una visita muy corta. Y a menos que uno esté
convencido que nuestra mera existencia es compensación suficiente parr el aislamiento y la casi total ausencia de nada confortable, entonces aún esa
breve visita quizás sea demasiado. Voluntarios han vivido aquí por
varios años. Otros han abandonado el campo sólo horas después
de haber llegado.